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En los últimos años, España ha sido noticia por sus cifras de crecimiento económico superiores al 3% anual. Estas sólidas cifras pueden atribuirse a una combinación de reformas, vientos de cola temporales con un fuerte multiplicador a través de la mejora del sentimiento y la demanda reprimida tras una profunda crisis. En consonancia con el fuerte crecimiento del volumen del PIB, el empleo se ha recuperado sustancialmente de la gran caída sufrida durante los años de la crisis. Sin embargo, a pesar de la fuerte recuperación, hoy en día todavía hay menos personas trabajando que antes de la crisis. Hasta el 15% de la población activa está registrada como desempleada, mientras que más de un tercio de los jóvenes sigue sin trabajo (figura 1).
En esta publicación analizamos la evolución del mercado laboral desde el estallido de la crisis, las numerosas reformas que se han llevado a cabo y cuáles son los principales retos de cara al futuro. Evolución del mercado laboral
A mediados de 2007, justo antes de la crisis, el desempleo había alcanzado un mínimo histórico. Alrededor del 8% de la población activa estaba desempleada (gráfico 1). Aunque esta cifra seguía siendo alta en la perspectiva internacional, es mucho más baja que la tasa media del 15,5% en los 20 años anteriores a la crisis y que la tasa estructural de entonces, del 14%. En los años de bonanza, especialmente el empleo en el sector de los servicios y la construcción había crecido rápidamente. El sector de los servicios era el mayor empleador, con casi el 70% de los trabajadores. La mayoría de las personas estaban empleadas con un contrato a tiempo completo, sólo el 11 por ciento trabajaba a tiempo parcial a principios de 2008 (más del 18 por ciento de media en la eurozona). Y más de una cuarta parte de los contratos tenían fecha de finalización (14 por ciento de media en la Eurozona). La proporción de personas empleadas con contratos temporales siempre ha sido relativamente alta en España debido a la elevada dualidad del mercado laboral español. Es mucho más barato despedir a personas con un contrato temporal que con un contrato indefinido, por ejemplo.
Lucha contra la mordedura
Salario medio bruto2.648€ / 2.800$ mensuales (2021)Salario medio neto2.039€ / 2.156$ mensuales (2021)Principales industrias[15][16]Rango de facilidad para hacer negocios 30º (muy fácil, 2020)[17]ExteriorExportaciones533.800 millones de dólares (est. 2019)[6]Bienes de exportaciónMaquinaria, vehículos de motor; productos alimenticios, farmacéuticos, medicamentos, otros bienes de consumoPrincipales socios de exportación
Importaciones 463.100 millones de dólares (est. 2019)[6]Bienes de importaciónCombustibles, productos químicos, productos semielaborados, productos alimenticios, bienes de consumo, maquinaria y equipos, instrumentos de medición y control médicoPrincipales socios de importación
La economía de España es una economía social de mercado muy desarrollada[24], es la decimocuarta del mundo por PIB nominal y la quinta de Europa. España es miembro de la Unión Europea y de la zona euro, así como de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y de la Organización Mundial del Comercio. En 2019, España fue el decimoquinto exportador mundial y el decimocuarto importador. España figura en el puesto 25 del Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas y en el 32 del PIB per cápita del Banco Mundial. Según The Economist en 2005, España tenía la 10ª calidad de vida del mundo[25] Algunas de las principales áreas de actividad económica son la industria del automóvil, la tecnología médica, los productos químicos, la construcción naval, el turismo y la industria textil.
DFN:SPMAGTF-CR-AF ROTA, ESPAÑA 06.05.2018
Dolado, J.J., Felgueroso, F. y Jimeno, J.F. (2021), “Pasado, presente y futuro del mercado de trabajo español: cuando la pandemia se encuentra con las megatendencias”, Applied Economic Analysis, Vol. 29 No. 85, pp. 21-41. https://doi.org/10.1108/AEA-11-2020-0154
Durante las últimas cuatro décadas, el comportamiento del mercado laboral español ha sido (y sigue siendo) muy disfuncional. Entre sus rasgos más preocupantes antes de la crisis pandémica, destacan los siguientes:
Bajo la fuerte presión tanto del colapso del empleo como de la disparada tasa de paro provocada por las crisis financiera y de deuda soberana mundiales, el principal objetivo de la reforma del mercado de trabajo de 2012 fue lograr una mayor flexibilidad interna, tanto en términos de salarios como de condiciones laborales. Las nuevas regulaciones aprobadas (facilitar el descuelgue de las empresas de los convenios sectoriales, fomentar la negociación salarial a nivel de empresa, limitar las cláusulas de ultraactividad, facilitar el empleo a tiempo parcial, etc.) permitieron aumentar el poder de negociación de las empresas frente a los trabajadores, con el objetivo de reducir los costes laborales y promover las exportaciones como salida hacia la recuperación (Almunia et al., 2020).
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Durante mi reciente estancia en España observé que el país está asfixiado por las normativas. En mi primer día, me di cuenta de que España no sufre una escasez de mano de obra como en Estados Unidos, sino algo mucho peor: un mercado laboral esclerótico marcado por regulaciones debilitantes.
Estas regulaciones eran más severas en el mercado laboral, pero se aplican también a otros mercados, como en el caso de las restricciones a la vivienda o incluso a la venta de medicamentos. Desgraciadamente, un mercado laboral excesivamente regulado no es nada nuevo en Europa, y los llamamientos a una regulación aún mayor han aumentado desde que comenzó la pandemia de coronavirus hace casi dos años.
Para poner las cosas en perspectiva, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) genera un índice que ilustra el grado de restricción del mercado laboral de cada país. El patrón general muestra que los miembros de la OCDE de habla no inglesa están mucho más regulados que sus homólogos de habla inglesa, como Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá. Países como España, Francia e Italia tienen una mayor legislación de protección del empleo (LPE) que limita a los empresarios a la hora de contratar y despedir trabajadores.