Gastos de amortización deutsch
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El cálculo de la amortización a efectos contables suele ser sencillo, aunque puede resultar complicado determinar qué activos intangibles hay que amortizar y calcular después su valor amortizable correcto. A efectos fiscales, la amortización puede dar lugar a diferencias significativas entre los ingresos contables de una empresa y sus ingresos imponibles.
La amortización de los préstamos, un concepto distinto que se utiliza tanto en el mundo empresarial como en el de los consumidores, se refiere a cómo se dividen los reembolsos de los préstamos entre los cargos por intereses y la reducción del capital pendiente. Los planes de amortización determinan cómo se divide cada pago en función de factores como el saldo del préstamo, el tipo de interés y el calendario de pagos.
En el ámbito empresarial, los contables definen la amortización como un proceso que reduce sistemáticamente el valor de un activo intangible a lo largo de su vida útil. Es un ejemplo del principio de correspondencia, uno de los principios básicos de los Principios Contables Generalmente Aceptados (PCGA). El principio de correspondencia exige que los gastos se reconozcan en el mismo periodo que los ingresos que ayudan a generar, en lugar de cuando se pagan.
Significado de la amortización
En contabilidad, la amortización se refiere a la contabilización del coste de adquisición menos el valor residual de los activos intangibles de forma sistemática a lo largo de su “vida económica útil” estimada, de manera que se refleje su consumo, caducidad y obsolescencia, u otra disminución de valor como consecuencia del uso o del paso del tiempo. El término amortización también puede referirse a la finalización de ese proceso, como en “la amortización de la torre estaba prevista para 1734”.
La amortización es un concepto correspondiente a los activos tangibles. Las metodologías para asignar la amortización a cada periodo contable suelen ser las mismas que para la depreciación. Sin embargo, puede considerarse que muchos activos intangibles, como el fondo de comercio o ciertas marcas, tienen una vida útil indefinida y, por tanto, no están sujetos a amortización (aunque el fondo de comercio se somete a una prueba de deterioro cada año).
Aunque en teoría la amortización se utiliza para contabilizar el valor decreciente de un activo intangible a lo largo de su vida útil, en la práctica muchas empresas amortizan lo que de otro modo serían gastos puntuales, incluyéndolos como gasto de capital en el estado de flujos de caja y pagando el coste mediante la amortización, lo que tiene el efecto de mejorar los ingresos netos de la empresa en el ejercicio o trimestre del gasto[1].
Amortización y depreciación deutsch
En contabilidad, la amortización de activos intangibles se refiere a la asignación del coste de un activo intangible a lo largo del tiempo. Usted paga cuotas con un plan de amortización fijo durante un determinado período de tiempo. Y usted registra las partes de los costes como costes de depreciación en sus libros. La depreciación reduce su renta imponible a lo largo de la vida de un activo. A diferencia de la amortización, la depreciación suele reconocerse como gasto de forma lineal, lo que significa que se reconoce el mismo importe como gasto para cada periodo durante la vida útil del activo. Además, a diferencia de la depreciación, los activos reconocidos como gastos según el método de depreciación generalmente no tienen un valor de reventa o salvamento. La amortización es la distribución del coste de un activo intangible a lo largo de la vida útil de dicho activo. Los activos intangibles no son activos físicos en sí mismos. Ejemplos de activos intangibles reconocidos como gastos de depreciación podrían ser: (valor inicial – valor residual) / vida útil = costes de depreciación Las depreciaciones son dos métodos para cubrir el coste de los activos (bienes) de la empresa durante varios años, utilizando la depreciación para los activos físicos y la amortización para los activos intangibles (no físicos). La principal ventaja de la depreciación es que supone una deducción fiscal en el ejercicio fiscal en curso, aunque no se haya pagado el activo en efectivo. Mientras el activo se utilice, puede deducirse de su carga fiscal. Además, puede tener más ingresos y más activos en el balance.
Calendario de amortización
Los gastos de capital se amortizan o deprecian en función del tipo de activo adquirido mediante el gasto. Los activos tangibles se deprecian a lo largo de la vida útil del activo, mientras que los intangibles se amortizan.
Cuando una empresa gasta dinero para adquirir un activo, éste puede tener una vida útil más allá del ejercicio fiscal. Estos gastos se denominan gastos de capital y se “recuperan” o “amortizan” a lo largo de la vida útil del activo. Si el activo es tangible, esto se llama depreciación. Si el activo es intangible; por ejemplo, una patente o un fondo de comercio; se llama amortización.
Depreciar significa perder valor y amortizar significa cancelar los costes (o pagar la deuda) a lo largo de un periodo de tiempo. Ambos se utilizan para reflejar el consumo, la caducidad, la obsolescencia u otra pérdida de valor del activo como consecuencia del uso o del paso del tiempo. Esto se aplica de forma más evidente a los activos tangibles que son propensos al desgaste. Los activos intangibles, por tanto, necesitan una técnica análoga para repartir el coste a lo largo de un periodo de tiempo. En Estados Unidos, los bienes inmateriales sujetos a amortización deben estar descritos en el 26 U.S.C. §§ 197(c)(1) y 197(d) y deben ser bienes que se mantengan para su uso en una actividad comercial o empresarial, o para la producción de ingresos. En virtud del artículo 197, la mayoría de los activos intangibles adquiridos deben amortizarse de forma proporcional a lo largo de un periodo de 15 años. Si un intangible no puede amortizarse en virtud del artículo 197, el contribuyente puede depreciar el activo si se demuestra su vida útil. [1]