¿Cuál es la distancia segura para vivir de un parque solar?
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La energía solar es una fuente de energía de rápido crecimiento que resulta vital para el esfuerzo de Estados Unidos por reducir el uso de combustibles fósiles. Cuando los paneles solares, que suelen tener una vida útil de más de 25 años, llegan al final de su vida útil y se convierten en un flujo de residuos, deben gestionarse de forma segura. Aquí encontrará información sobre los diferentes tipos de paneles solares y cómo se regulan al final de su vida útil. Si va a deshacerse de paneles solares que son residuos peligrosos, debe seguir la normativa de la Ley de Conservación y Recuperación de Recursos (RCRA) para asegurarse de que los paneles se reciclan o eliminan de forma segura.
Mientras están en uso, los paneles solares generan electricidad de forma segura sin crear emisiones a la atmósfera. Sin embargo, como cualquier fuente de energía, hay residuos asociados que deben reciclarse o eliminarse adecuadamente cuando los paneles solares llegan al final de su vida útil. A medida que el mercado de la energía solar fotovoltaica (FV) crezca, también lo hará el volumen de paneles al final de su vida útil. Para 2030, se espera que Estados Unidos tenga hasta un millón de toneladas totales de residuos de paneles solares. A modo de comparación, la generación total de residuos sólidos municipales (RSM) de Estados Unidos en 2018 fue de 292,4 millones de toneladas. Para 2050, se espera que Estados Unidos tenga el segundo mayor número de paneles al final de su vida útil en el mundo, con hasta un estimado de 10 millones de toneladas totales de paneles. Para obtener más información sobre estas y otras proyecciones de residuos de paneles solares, visite el informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) sobre la gestión de paneles solares al final de su vida útil.
Residuos de paneles solares
La tecnología fotovoltaica (FV), como las células y dispositivos solares, convierte la energía solar directamente en electricidad. En comparación con los combustibles fósiles, la energía solar se considera una forma de energía renovable clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía y mitigar el cambio climático. Hasta la fecha, el desarrollo y la mejora de las tecnologías fotovoltaicas han recibido una atención considerable; sin embargo, sus posibles riesgos medioambientales siguen siendo desconocidos. Por lo tanto, esta revisión se centra en los riesgos potenciales de los lixiviados derivados de los dispositivos de células solares. Recogemos la literatura científica sobre la toxicidad y el potencial de lixiviación, tabulamos los datos existentes y discutimos los desafíos relacionados. Actualmente no existe suficiente información sobre la toxicidad y el riesgo medioambiental. Sin embargo, se sabe que el plomo (PbI2), el estaño (SnI2), el cadmio, el silicio y el cobre, que son los principales ingredientes de las células solares, son perjudiciales para el ecosistema y la salud humana si se vierten los productos rotos en los vertederos o después de un desastre ambiental. Se sugieren varias direcciones de investigación e iniciativas políticas para minimizar los riesgos medioambientales de la tecnología fotovoltaica. Esta revisión contribuye tanto a la investigación sobre energía solar como a la de ciencias medioambientales.
Peligros de los paneles solares en el tejado
Es probable que haya visto un tipo de tecnología solar llamado tecnología fotovoltaica (FV). Se utiliza en los paneles solares que se ven en los tejados de las casas o empresas, o como parte de parques solares más grandes. Cuando el sol emite radiación solar, la tecnología fotovoltaica utiliza células para absorber esa radiación y convertirla en electricidad. Esa electricidad puede almacenarse en baterías o devolverse a la red eléctrica.
La mayoría de los paneles solares están hechos principalmente de vidrio y un marco de aluminio, junto con otros plásticos y cables de uso común. Además, las células de los paneles solares que se utilizan para captar la luz solar están hechas de silicio, que es un elemento natural.
Aunque los paneles solares pueden contener pequeñas cantidades de materiales peligrosos, el Dr. Kittner señala que estos materiales son autónomos. “Se utilizan en el propio panel, por lo que el riesgo es mínimo”, dice el Dr. Kittner, y añade que la mayoría de la gente no tiene contacto directo con los paneles solares aunque estén montados en el tejado de su casa.
Sin embargo, deshacerse de los paneles solares viejos o de los dañados durante las tormentas de forma segura y respetuosa con el medio ambiente es una cuestión fundamental para las comunidades, los investigadores, los fabricantes y los responsables políticos. Investigadores del Laboratorio Nacional de Energías Renovables han esbozado los enfoques más prometedores para el reciclaje de paneles solares en un estudio publicado en 2020 en Nature Energy.
Radiación Emf de los paneles solares
Para muchos propietarios de viviendas, uno de los principales motivos para optar por la energía solar es tener un impacto positivo en el medio ambiente. Al utilizar la energía solar en su casa, disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, y reduce su huella de carbono.
Aunque los paneles solares se consideran una forma de energía limpia y renovable, el proceso de fabricación produce emisiones de gases de efecto invernadero. Además, para producir paneles solares, los fabricantes tienen que manipular productos químicos tóxicos. Sin embargo, los paneles solares no emiten toxinas a la atmósfera mientras generan electricidad.
El principal material utilizado hoy en día para las células solares es el silicio, que se obtiene del cuarzo. Para convertirse en formas utilizables de silicio, el cuarzo tiene que ser extraído y calentado en un horno (que, a su vez, emite dióxido de azufre y dióxido de carbono a la atmósfera).
En el proceso de fabricación se utilizan algunas sustancias químicas para preparar el silicio y hacer las obleas de los paneles monocristalinos y policristalinos. Una de las sustancias químicas más tóxicas creadas como subproducto de este proceso es el tetracloruro de silicio. Este producto químico, si no se manipula y elimina correctamente, puede provocar quemaduras en la piel, contaminantes atmosféricos nocivos que aumentan las enfermedades pulmonares y, si se expone al agua, puede liberar ácido clorhídrico, que es una sustancia corrosiva mala para la salud humana y medioambiental. Afortunadamente, existe un proceso que la mayoría de los fabricantes emplean para reciclar de forma segura el tetracloruro de silicio en el proceso de fabricación de nuevas obleas de silicio, lo que ayuda a eliminar los riesgos para la salud y el medio ambiente.