Ayudas economicas para inmigrantes en españa 2016

Política de inmigración de España

Este capítulo trata principalmente de los refugiados y solicitantes de asilo, migrantes forzados que cruzan las fronteras internacionales, más que de los desplazados internos. Se basa en la amplia literatura económica sobre la migración voluntaria y forzada, así como en la experiencia reciente sobre el terreno del Banco Mundial, el ACNUR y otros organismos nacionales e internacionales. Se exponen los siguientes puntos:

La literatura económica sobre la migración se ocupa principalmente de las implicaciones de la migración voluntaria, mientras que la literatura económica sobre la migración forzada, aunque está creciendo rápidamente, sigue siendo bastante escasa. No obstante, la literatura sobre la migración voluntaria ayuda a arrojar algo de luz sobre el fenómeno de la migración forzada masiva, ya que existe un solapamiento entre los dos campos de estudio. Por ejemplo, los analistas de los efectos de la migración voluntaria han analizado a menudo casos de migración forzosa para identificar los efectos de la llegada repentina “exógena” de un gran número de migrantes1.

Sin embargo, hay una serie de diferencias entre los migrantes forzados y los voluntarios, que tienen importantes implicaciones económicas y políticas. Los migrantes voluntarios se desplazan para obtener un beneficio económico o para unir a su familia, por lo que van en el momento y al lugar que eligen, mientras que los migrantes forzados huyen, a menudo al refugio más cercano, para evitar daños corporales. Así, los migrantes forzados, a diferencia de los voluntarios, pueden perder la mayor parte de sus bienes y acabar en un lugar donde las oportunidades de trabajo para ellos son escasas o completamente inexistentes, y pueden no poder o no querer volver a su país de origen independientemente de cómo les vaya en su lugar de residencia adoptado. En comparación con los migrantes voluntarios, su adaptación a las nuevas condiciones puede ser más larga y requerir más apoyo de la comunidad de acogida o de otras personas. Estas características dan lugar a una serie de complejos retos económicos que no están presentes o no lo están casi en la misma medida en el caso de la migración voluntaria.

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Una visión económica de la crisis de los refugiados

Al comienzo de la pandemia, el gobierno español amplió los programas de apoyo al desempleo existentes e introdujo un nuevo programa de asistencia social emblemático. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones declaradas por el gobierno, las debilidades y defectos existentes en el sistema de seguridad social, así como los problemas en el diseño de las nuevas formas de asistencia, significaron que el apoyo se quedó corto. Las limitaciones en el alcance y la elegibilidad tanto de las medidas existentes como de las nuevas han hecho que muchas personas sigan dependiendo de la ayuda alimentaria no gubernamental para alimentarse y alimentar a sus familias, y que tengan dificultades para satisfacer sus necesidades básicas. En consecuencia, el gobierno español está incumpliendo su obligación de proteger y cumplir el derecho de las personas a la alimentación y a un nivel de vida adecuado.

Muchas personas en España que ya se encontraban en situación de pobreza quedaron aún más expuestas a una pérdida total de ingresos y a la falta de acceso a una alimentación adecuada. Otros, que antes tenían un empleo y vivían por encima del umbral de la pobreza, se encontraron de repente sin trabajo y luchando por acceder a un sistema de seguridad social que se vio desbordado por la demanda. Cuando los ingresos se redujeron a un goteo, la gente empezó a retrasarse en los pagos mensuales y a pasar hambre. Las colas para comprar alimentos en las iglesias, las asociaciones de vecinos y los centros comunitarios, con carros de la compra abandonados en filas ordenadas a la espera de la distribución de alimentos, se convirtieron en algo habitual.

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Nueva política de inmigración en España

ResumenDe ser un país tradicionalmente de emigración, España se convirtió en un país de inmigración en un periodo relativamente corto, alcanzando prácticamente al resto de los países de Europa Occidental en términos de porcentaje de población de origen extranjero en 2010. La naturaleza híbrida de su régimen de bienestar, una combinación de regímenes de seguridad social y programas universalistas, determinó la elegibilidad de la población extranjera a cada régimen específico de protección social. En términos básicos, los extranjeros pueden acceder a los regímenes de protección social españoles a través de su participación en el mercado laboral (para los programas de seguros sociales), y de su residencia en el territorio español (para los regímenes basados en una lógica universalista). Los acuerdos internacionales firmados por España son un aspecto clave también para determinar los derechos de bienestar de los extranjeros, especialmente en el caso de los nacionales de otros Estados miembros de la UE y de América Latina. La fuerte dependencia de los regímenes contributivos, y el importante papel que desempeña la economía sumergida, dejan a los inmigrantes económicos (especialmente a los indocumentados) sin mucha protección social. La crisis económica iniciada en 2008 supuso un aumento de la vulnerabilidad de los inmigrantes, pero su utilización real de la asistencia social disminuyó debido a su acceso más limitado al mercado laboral formal y a las condiciones restrictivas de los regímenes de asistencia social específicos.

Migración en España

ResumenLa situación laboral de los inmigrantes ha empeorado durante la Gran Recesión en España. ¿Qué parte de este empeoramiento se debe a la recesión y qué parte a un efecto de composición? Utilizando datos de la Encuesta de Población Activa española de 2000 a 2011, comparamos las trayectorias laborales de diferentes cohortes de inmigrantes y nativos y encontramos que los que llegaron antes de la recesión de 2008 tuvieron pocos problemas para encontrar trabajo inmediatamente. En cambio, los que llegaron después de 2008 tuvieron dificultades para encontrar trabajo, ya que las tasas de desempleo españolas se dispararon. Además, aunque muchos de los inmigrantes que llegaron a España entre 2000 y 2007 pudieron encontrar trabajo y, con el tiempo, salir de los puestos poco cualificados, la naturaleza de sus empleos no les protegió de la recesión. De ahí que muchos se quedaran sin empleo a medida que la economía se deshacía de puestos de trabajo de baja y media cualificación en sectores dominados por los inmigrantes. Las características individuales de los inmigrantes, como el sexo, el país de origen o el nivel educativo, tuvieron un efecto limitado en sus trayectorias laborales. Estos resultados sugieren que, para muchos trabajadores, no basta con encontrar un trabajo de cualificación media. Por ello, las políticas de integración podrían tener como objetivo ayudar a los trabajadores a pasar del mercado laboral secundario al primario para encontrar su camino hacia un empleo más estable.

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